De la semilla a la vida: Revelando la vitalidad de las semillas vivas y los aceites vivos

Las semillas de frambuesa volaron por todas partes, espolvoreando el suelo cerca de nuestro secador de semillas. Aprendimos muchas cosas en nuestros primeros años de secado de semillas. Lo primero y más importante era no llenar demasiado nuestras bolsas a granel con semillas secas o nos veríamos envueltos en una nube de semillas de frambuesa y nos quedaríamos atrapados quitándonos las semillas del cabello durante días.

He aquí, un césped de plántulas de frambuesa nos recibió la primavera siguiente. Allí donde nuestras semillas de frambuesa tocaron el suelo, habían brotado. La semilla viva germina. Y sólo se pueden utilizar semillas vivas para producir lo que llamamos “aceite vivo”.

Muchas semillas se cosechan después de secarse, como las de girasol, soja y maíz. Por lo general, los granos se dejan secar hasta alcanzar un contenido de humedad de alrededor del 13% antes de cosecharlos. Es diferente para las semillas que provienen del procesamiento de frutas como la frambuesa, el kiwi, el arándano y las uvas. Estas semillas se liberan cuando se tritura la fruta para hacer jugos y purés. Si la fruta o los purés se pasteurizan (145°F durante 30 minutos) antes de quitarles las semillas, éstas se matan. No germinan y el aceite de la semilla se vuelve rancio.

El uso de semillas vivas es sólo el primer paso para producir aceites vivos. La semilla viva tiene la energía dentro de sí misma para germinar y crecer. Una semilla viva está inalterada y conserva la bondad natural, imbuida de fuerza vital. El desafío es transferir la vitalidad de la semilla al aceite que se produce a partir de ella. Esto sólo se puede hacer presionando en frío la semilla, que no sólo es la forma más suave de extraer el aceite de la semilla, sino que es el único método que preserva la composición natural del aceite tal como se encuentra en la semilla. La extracción química del aceite de la semilla, por otro lado, no sólo mata la vitalidad y bondad del aceite, sino que también introduce trazas de químicos tóxicos en el aceite. La extracción supercrítica de aceites de semillas es un proceso selectivo que, dependiendo de los parámetros de producción, extrae selectivamente determinadas partes del aceite de la semilla y no otras. Los aceites vivos son aceites llenos de vitalidad porque son verdaderos reflejos del aceite que se encuentra en las semillas vivas.